Repensando la accesibilidad a través de un internado de verano en lingüisticas computacionales

By Caroline Gihlstorf, 19 de Septiembre de 2021

Ticha: promoviendo investigación digital en colaboración con la comunidad, Reporte 14. Esta es la decimocuarta entrade de blog en una serie de blogs por los participantes en el proyecto de la beca ACLS Digital Extension Grant, “Ticha: advancing community engaged digital scholarship” (PI Lillehaugen) publicado conjunto al Community-based Global Learning Collaborative y el Proyecto Ticha. Los blogs anteriores están disponibles aquí: (1) Lillehaugen/enero 2020; (2) Flores-Marical/febrero 2020; (3) Kawan-Hemler/marzo 2020; (4) Lopez/julio 2020; (5) Kadlecek/agosto 2020; (6) García Guzmán/agosto 2020; (7) Park/septiembre 2020; (8) Zarafonetis/octubre 2020, (9) J. Lopez/noviembre 2020, (10) Velasco Vasquez/febrero 2021, (11) Lillehaugen/marzo 2021, (12) Plumb/avril 2021, (13) Molina/agosto 2021.

Soy una estudiante de informática y lingüisticas en Haverford College. Con el apoyo del Center for Peace and Global Citinzenship de Haverford College, fui asistente de investigación en el Proyecto Ticha durante el verano del 2021. Mi labor con Ticha me dio la oportunidad de combinar mis dos campos de estudio - la linguistica y la informática - y aplicarlos en varios aspectos del proyecto. Además, pude aprender sobre los objetivos de Ticha - especificamente el de cómo hacer sus materiales pedagógicos verdaderamente accesibles a todos los usuarios.

Una de las primeras cosas que aprendí en el Proyecto Ticha fue que los recursos de este deben siempre ser accesibles. ¡Excelente! — pensé. — Tener recursos digitales gratuitos seguramente es un ejemplo de accesibilidad. Aún pienso esto, pero, tras trabajar en Ticha me di cuenta que mi concepto de accesibilidad no era ni una fracción de lo que el Proyecto entiende como accesible. Como no soy el tipo de persona que Ticha busca atraer, no tenía much expereincia navegando los recursos de Ticha de la perspectiva de un usuario. Ticha me enseñó que la accesibilidad cubre muchas dimensiones y que la existencia de un recurso no es suficiente — este debería estar al alcance de todos.

Mi trabajo en Ticha constaba de tres tareas principales: codificar transcripciones de textos a archivos de XML (XML es un lenguaje de marcas que le asigna etiquetas a textos para que programas más avanzados puedan computarlos), hacer pequeñas modificaciones a la página web de Ticha y escribir un capítulo para Caseidyneën Saën (un libro de texto centrado en el idioma, la historia y la cultura Zapoteca). Cada una de estas areas me enseñaron formas nuevas de determinar cuán accesibles un recurso es y qué se podría hacer para que este sea más fácil de navegar.

La lección más importante que tuve durante mi internado fue enfocarme en la experiencia del usuario. Para lograr esto, buscaba comentarios sobre mi trabajo y me ponía en la posición del usuario. Al escribir un capítulo sobre cómo leer alguna variedad de analsís lingüístico, la ‘accesibilidad’ no yacía solamente en la producción y publicación el capítulo en sí; también estaba en el registro del lenguaje que utilizaba para comunicar mis ideas. Tras recibir consejos de cómo estructurar el capítulo (relocalizar párrafos, reescribir oraciones, incluir más visuales, etc.),  comprendí que mi trabajo no era meramente escribir una información de una manera que yo misma pueda comprender; también era redactarla teniendo en mente la audiencia que no conoce el material y probablemente está nerviosa al aprenderlo. Por lo tanto,a la hora de escribir tenía que pensar en el lector y en el contenido que deseaba presentarle. Esto me inspiró a aceptar la recomendación de incluir secciones donde explícitamente decía que aunque el material luzca ser complicado, el lector tiene la habilidad de aprenderlo y dominarlo. Esto ayudó a cambiar mi enfoque de una producción de contenido automática a una producción de contenido acogedora al lector que podría estar preocupado.

Screenshot sharing instructions on how to read interlinear analysis.

Mi trabajo en la página web de Ticha también me ayudó a llegar a la conclusión que disponibilidad no equivale accesibilidad. Los enlaces a Casidynëen Saën, por ejemplo, estaban accesibles a través de la página web de Ticha pero estaban ocultos entre un párrafo que no invitaba a ser leído. Por eso, rediseñamos la página web para que incluya una imágen, botones para acceder las versiones en español y en inglés del texto y reemplzaamos el cuadro con el texto en forma de párrafo con una lista que describía el contenido y el propósito del texto. No cambiamos nada de la información en sí; más bien, la reestrucutramos para que sea más accesible.

Screenshot from Ticha webpage, demonstrating improvements discussed in narrative.

Mi labor en el campo de la codificación tuvo un trayectoria similar. Mientra más codificaba el Miscelaneo de Aguero (el texto en el cual rabajé durante el verano), más me percataba de que las notas al margen que no habían sido codificadas en la mayoría de las páginas. Entonces, descubrí que aún no hay una manera oficial para codificar las notas al margen, pero yo entendía que era importante codificarlas junto al texto - sobre todo las más ininteligibles. Entonces, propuse un sistema para codificar las notas al calce y lo implementé en los textos que estaba trabajando. Este sistema no es perfecto ni está terminado, pero al menos, ahora existe en una forma inicial. Poniéndome en la posición del lector me permitió darme cuenta de esta limitación y crear algo para trabajarla.

Screenshot of the process of encoding marginalia.

Mi trabajo en Ticha me ha demostrado que la ‘accesibilidad’ significa mucho más que crear un recurso y publicarlo. Los recursos accesibles invitan a sus usuarios, son fáciles de navegar y siempre pueden ser mejorados. He sido afortunada al poder recibir comentarios y sugerencias de mis mentores en Ticha sobre mi trabajo - así mejorando todo lo que he logrado. Los comentarios - especialmente de las personas que tienen las perspectivas que los recursos buscan atraer - son sumamente valiosos al asegurar que los recursos estén disponibles y satisfagan las necesidades de los usuarios. Estos demuestran que siempre hay espacio para hacer que un recurso sea más accesible.


Caroline Gihlstorf, estudiante de tercer año en Haverford College, aspira a ser una científica de computación y linguista computacional. Le gusta leer y escribir (en ambos prosa y código) y siempre está buscando cosas nuevas que aprender.