Recuperando conocimiento a través de palabras olvidadas

By Felipe H. Lopez, 17 de Julio de 2020

Ticha: promoviendo investigación digital en colaboración con la comunidad, Reporte 4. Este es el cuarto de una serie de reportes mensuales escritos por los participantes en la beca del ACLS de Extensión Digital 2019, “Ticha: promoviendo investigación digital en colaboración con la comunidad" (PI Lillehaugen), publicados en GlobalSL y Ticha. Reportes anteriores en esta serie:  Lillehaugen/January 2020; Flores-Marical/February 2020; y Kawan-Hemler/March 2020.

 

Hace solo unas semanas, comencé mi puesto en Haverford College como académico postdoctoral en investigación digital en colaboración con la comunidad, financiado por una beca de extensión digital de ACLS. Al comenzar este año de trabajo dedicado en este proyecto, reflexiono sobre mi largo trayecto para ayudar a preservar mi lengua. Como zapoteco hablante y escritor zapoteco, trato activamente de mantener el conocimiento de mi comunidad a través de mi lengua. En 1992, cuando comencé a darme cuenta de que muchos inmigrantes de mi pueblo en Los Ángeles no enseñaban nuestra lengua a nuestra generación joven, busqué la ayuda de los lingüistas de UCLA (Universidad de California, Los Angeles) para tratar de escribir en mi lengua. Este esfuerzo se cristalizó con un sistema ortográfico de mi variación zapoteca, San Lucas Quiaviní, y en 1999 publicamos un diccionario trilingüe zapoteco-inglés-español (Munro y López, et al. 1999).


 

Ahora, más de 20 años después, todavía sigo aprendiendo sobre mi lengua materna, palabras zapotecas y todo el conocimiento y la historia que contienen. Como no fue posible viajar a Oaxaca para llevar a cabo talleres presenciales, recientemente comenzamos los Conversatorios en línea, una serie de reuniones de Zoom donde los activistas zapotecos hablan y discuten los documentos del zapoteco colonial. Uno de los Conversatorios es facilitado por la Dra. Xóchitl Flores-Marcial (puedes leer la publicación de su blog aquí) y el otro por mí mismo. Puedes ver algunos de los participantes del Conversatorio en la Figura 1: Sandra González y Rogelio Hernández de Matatlán, Juan Prospero (también Aurora Gómez que no es visible) de San Bartolomé Quialana, Moisés García Guzmán, de San Jerónimo Tlacochahuaya (y también miembro de la mesa de consejo de Ticha), Mabel Iris y Leonardo (no se muestran) de Díaz Ordaz, y finalmente Noel Alejandro Santiago (no se muestra) de Teotitlán del Valle. Aquí analizamos la primera lección que se centró en los documentos en zapoteco colonial. 

 

Figura 1. El Conversatorio en acción


 

El Conversatorio que facilito consiste en 8 personas, incluyéndome a mí, nueve, (todas enumeradas anteriormente), de seis pueblos diferentes en el Valle de Tlacolula. Todos ellos han estado activos en la promoción de su lengua zapoteca durante años. Aunque todos hablamos zapoteco del Valle de Tlacolula, en cada pueblo hablamos una variedad diferente; eso es lo que realmente enriquece nuestras lenguas. A través de estos Conversatorios no sólo aprendemos unos de otros, sino que también aprendemos nuevas palabras o encontramos palabras en los documentos coloniales que han cambiado de significado en los últimos siglos.

 

Por ejemplo, la palabra coconi que vimos en un documento de 1614 provocó una discusión. Uno de los miembros del equipo lo reconoció como cuni en su variación, y todos estuvimos de acuerdo en que era esa palabra. Esta palabra se usa para referirse a una "virgen" en la época colonial, pero ya no se puede usar de esa manera. Además, el significado de la palabra de hoy en día parece variar un poco de pueblo a pueblo. En Tlacochahuaya, Matatlán y Teotitlán, esta palabra se usa para referirse a una gallina joven o guajolota que nunca ha puesto huevos. Curiosamente, Rogelio Hernández de Matatlán, mencionó que algunas personas en su comunidad pronuncian la palabra como cucuni, que parece estar más cerca de la palabra en zapoteco colonial. En Quialana, Díaz Ordaz y Quiaviní, solo usamos esto en la palabra budycuny, que se refiere a una guajolota. Pensé que en Quiaviní podría referirse a cualquier pavo hembra, joven o no. Sin embargo, alentado por esta discusión, le pregunté a un miembro de mi familia acerca de esta palabra y ella me dijo que se usa para referirse solo a guajolotas jóvenes "que todavía no han conocido a un joven". Moisés García Guzmán reflexiona sobre esta conversación en un tweet, que se muestra en la Figura 2. (Haga clic en el enlace para ver el hilo completo: ¡su tweet generó más discusión en línea!)

 

Figura 2. Tuiteando sobre la palabra en zapoteco colonia del Valle about cuni

https://twitter.com/BnZunni/status/1278876099422949376


 

Revisando los documentos y conversando sobre las palabras del zapoteco colonial no solo nos recuerda ciertas palabras que usamos hoy, sino que también nos hace recordar otras palabras que se han perdido en nuestros pueblos. Por ejemplo, Rogelio Hernández también mencionó que en su pueblo Santiago Matatlán, existe la palabra dad qui para referirse a quien dirige o gobierna un pueblo. Esta palabra se compone de dos partes, la primera parte dad significa "padre" y la segunda parte qui significa "cabeza". Sin embargo, esta palabra es conocida sólo por unas pocas personas, ya que como en todos los pueblos en el Valle de Tlacolula ahora usan la palabra pristen prestada del español. 

    

A través del Conversatorio también he encontrado formas de confirmar las palabras que escuché de mis abuelos. Cuando era niño, mi abuela materna solía contar en zapoteco y algunas de las palabras se me quedaron en la mente y le pregunté a muchas personas mayores sobre ellas. Por ejemplo, recuerdo dos palabras que usaba: gayon para 60 y ta para 80. Pero cuando le pregunté a otras personas acerca de estas palabras, algunas de ellas dijeron que nunca habían escuchado la palabra o que no estaban seguras. Cuando me involucré con el Proyecto Ticha, pude confirmar estas palabras, que vemos en los documentos coloniales. A medida que comenzamos nuestro módulo enfocado en los números, estoy aprendiendo a contar con números más altos en zapoteco y comparto este conocimiento a través de Twitter, ver figura 3.

Figure 4. Compartiendo lo que estoy aprendiendo sobre números zapotecos en Twitter.

https://twitter.com/DizhSa/status/1283052424744374274

  

 

A medida que recurrimos cada vez más al español con el tiempo, seguimos perdiendo palabras que solíamos usar en nuestros pueblos. En mi pueblo, noto una gran diferencia entre mi generación y la generación más joven. El uso de más palabras en español se refleja particularmente al contar y muchas personas recurren al español para contar más de veinte. En este Conversatorio también hablamos sobre este tipo de desafíos. Estamos aprendiendo más sobre nuestra lengua, incluyendo cómo contar usando solo zapoteco, pero ¿cómo promovemos aún más nuestras lenguas en nuestras comunidades, ya que hay poco apoyo para este tipo de activismo? Si bien todos disfrutamos aprendiendo, estamos aprendiendo para poder tener un impacto en nuestros pueblos. Para nosotros, estos van de la mano.