Lecciones de Caseidynën Saën: creatividad, fortaleza y estudios en comunidad

By May Helena Plumb, 2 de Abril de 2021

Ticha: promoviendo investigación digital en colaboración con la comunidad, Reporte 12. Esta es la decimocuarta entrada de blog en una serie de blogs por los participantes en el proyecto de la beca ACLS Digital Extension Grant, “Ticha: advancing community engaged digital scholarship” (PI Lillehaugen) publicado conjunto al Community-based Global Learning Collaborative y el Proyecto Ticha. Los blogs anteriores están disponibles aquí: (1) Lillehaugen/enero 2020; (2) Flores-Marical/febrero 2020; (3) Kawan-Hemler/marzo 2020; (4) Lopez/julio 2020; (5) Kadlecek/agosto 2020; (6) García Guzmán/agosto 2020; (7) Park/septiembre 2020; (8) Zarafonetis/octubre 2020, (9) J. Lopez/noviembre 2020, (10) Velasco Vasquez/febrero 2021, (11) Lillehaugen/marzo 2021.

El equipo de Ticha comenzó el año 2020 con unas metas fijas: expandir los recursos disponibles en la página web, crear más recursos pedagógicos y presentarlos a los miembros de la comunidad zapoteca. Sin saber lo que nos esperaba, comenzamos el año con metas grandes.

En una reunión del diciembre pasado, el equipo de Ticha tuvo la oportunidad de reflexionar sobre lo que realmente logramos en el 2020. ¡La mayoría de nuestros planes originales no salieron como queríamos! Pero, tras buscar maneras innovadoras para cumplirlos, pudimos lograrlos. En la reunión, todos los miembros del equipo expresaron su gratitud hacia los demás. Algo que me marcó personalmente fue como el ambiente colaborativo y de apoyo mutuo contribuyó a nuestro éxito este año pasado. Como dijo Xóchitl Flores-Marcial, “generalmente, el mundo académico es individualista y solitario; ¡este grupo demuestra que podemos hacer las cosas de forma distinta!”

Es cierto - Ticha no es para nada solitario o individualista. El núcleo del equipo incluye estudiosos, lingüistas, historiadores, bibliotecarios, educadores y estudiantes zapotecos y no-zapotecos. Las metas del proyecto están centradas en la accesibilidad y el crecimiento del saber.  Eso requiere colaboración; por tal razón, el equipo se reúne semanalmente. Una de las tareas de estas reuniones es leer cada capítulo de Caseidyneën Saën juntos; discutimos todo - el contenido, la organización, el vocabulario, etc. Este proceso toma mucho tiempo, e incluso, a veces no estamos de acuerdo. Pero, al combinar las perspectivas de un grupo formado de personas con experiencias y trasfondos tan distintos, cada capítulo se hace más rico y accesible. 

Como nuestro equipo viene de varios lugares, nos estábamos reuniendo en línea desde enero del 2020. Sin embargo, habíamos planeado ir a Oaxaca y Los Ángeles para tener reuniones y talleres en persona. Cuando la pandemia del COVID-19 comenzó, pudimos apreciar otro de los beneficios de nuestro modelo colaborativo. Pudimos apoyarnos y darnos esperanza. Individualmente, nuestra creatividad y motivación mermaron a causa de la pandemia. Estábamos cansados. Pero lo hablamos, pensamos cómo ser innovadores, descansamos y volvíamos a hablarlo. Nos apoyamos y poco a poco seguimos hacia adelante. Así fue que creamos el programa de los Conversatorios: una serie de talleres virtuales liderados por y para personas zapotecas para discutir y aprender sobre documentos coloniales zapotecos (ver García Guzmán/ 15 agosto 2020, López/ noviembre 2020). Aunque el plan original era reunirnos en persona, el formato virtual de los Conversatorios tuvo sus beneficios. Personas zapotecas de distintas comunidades tuvieron la oportunidad de reunirse, resultando en un grupo sumamente diverso. Los talleres duraron varias semanas, así permitiendo que se pudieran revisar y preparar los materiales más detalladamente antes de cada reunión. Lo más importante fue que, a pesar de todos los logros intelectuales, se pudo crear una nueva comunidad de activistas zapotecos que podrían trabajar juntos en el futuro.

En nuestra reunión de diciembre del 2020, Brook Lillehaugen comentó sobre el éxito del programa de los Conversatorios, diciéndo “tener esa creatividad y resiliencia me da mucha esperanza.” Y estoy de acuerdo. Nuestras reuniones - esas oportunidades para estar juntos, aprender y crear como comunidad - siguen brindándome esperanza y sostén para las dificultades del 2021.

He sido afortunada en trabajar con el Proyecto Ticha desde el 2013. Comencé como una estudiante universitaria llena de entusiasmo. Ese verano, ayudé a transcribir el Arte en lengua zapoteca de Córdova y desde entonces he estado envuelta en el proyecto de varias maneras. Ahora, estando en mi cuarto año de la candidatura al doctorado, no puedo imaginarme una vida sin Ticha.

Como estudiante graduado, uno se ve obligado a estar solo y tener una vida individualista. El objetivo de la escuela graduada es escribir una disertación - un texto producido por un solo autor. La colaboración interdisciplinaria y los proyectos de investigación centrados en la comunidad requieren tiempo para desarrollar relaciones; un estudiante graduado siempre se encuentra luchando contra el reloj antes de que se acaben los fondos. La escolaridad con público, en particular aquella relacionada a la informática, requiere destrezas que usualmente no son enseñadas en programas doctorales.

Mi disertación doctoral es sobre la semántica del zapoteco de Tlacochahuaya; mi trabajo con Ticha es un proyecto personal. Pero en realidad, la escuela graduada no es sobre aprender a cómo escribir una disertación sino a cómo ser un académico. A pesar de que trabajar en Caseidyneën Saën no contribuye directamente a mi disertación, la filosofía de resiliencia y creatividad a través de la colaboración me ha enseñado mucho sobre cómo ser una buena académica.